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No somos inmortales

sites • November 7, 2019

La importancia de la autoconsciencia

El sistema de consumo nos ha volcado a considerar la posibilidad de la inmortalidad. En series de televisión como “Upload” se visualiza la idea de poder habitar en una realidad paralela o incluso en muchas películas de ciencia ficción el congelamiento criogénico se contempló como una esperanza. Créanlo o no, mucha inversión se está realizando ahora mismo para llevar a la realidad ambos proyectos. Solo basta analizar de cerca lo que pretende el denominado Metaverso. Simplemente queremos sacarnos de la espalda el peso del horizonte final, aquello que no puede ser conocido, lo que escapa a nuestra imaginación, y debe ser dejado a las religiones. El ego de la humanidad contemporánea, con sus avances científicos y tecnológicos, no puede resistir la idea de la finitud corporal.

La realidad es que seguimos siendo mortales y, probablemente, eso no cambie demasiado en los próximos años. ¿Cómo conseguir la inmortalidad? La posibilidad de ser inmortales siempre ha estado presente cuando nos miramos como un conjunto, cuando nos consideramos como un todo. Napoleón o Gengis Kan son inmortales porque su recuerdo ha permanecido en la mente de la humanidad debido a lo que construyeron, tanto lo bueno como lo malo. Sin ir a personajes históricos, cada familia logra mantener viva la memoria de sus miembros -al estilo de la película “Coco”- mientras sean recordados. Esto no podría ocurrir si es que fuésemos una sociedad de individuos completamente egoístas y aislados.

Se podría argumentar, y con razón, que existe una serie de niveles de poder y hegemonías que cubren unos recuerdos y visibilizan otros. Sin embargo, la luz de la inmortalidad solamente emerge si se pone énfasis en nuestra autoconciencia como especie, en aquella memoria común que nos hace evolucionar. No importará el Metaverso ni tampoco el procedimiento de criogenización para ser inmortales, si no somos capaces como humanidad de solucionar los problemas que hemos creado, sean estos enfermedades o cambios climáticos. Nuestra inmortalización no depende solamente de un procedimiento científico-tecnológico, sino del desarrollo de nuestra autoconsciencia como especie.  
por https://filosofolocal.blogspot.com/2021/07/como-ser-feliz-una-critica-la-busqueda.html 6 de marzo de 2025
Una crítica a la felicidad desde el consumo
por Antonio Argudo Garzón. Filósofo Local 6 de marzo de 2025
De la vida intensa y sus alternativas
por sites 11 de noviembre de 2019
La reflexión en este texto versará sobre la vida como actividad en la Ética a Nicómaco de Aristóteles, pero fundamentalmente usando el término «ενέργεια», usado por el griego para definir la actividad. Consideramos que retomar el uso que hace del término Aristóteles tiene especial relevancia para comprender la vida contemporánea y su radical búsqueda del placer y las emociones como caminos hacia la felicidad. Para conseguir este objetivo en este breve texto, se comenzará explicando por qué el término «ενέργεια» debe resaltarse y retomarse para explicar la actividad como fuente de felicidad y luego lo estableceremos como punto de crítica a los valores contemporáneos revestidos de impulsividad y emocionalidad. La «ενέργεια» tomado etimológicamente significa capacidad de acción. Tomado desde la estructura de acto y potencia, la «ενέργεια» vendría siendo todo lo que realizamos o creamos con el fin de convertir nuestras acciones en actos en sí. No obstante, para Aristóteles la «ενέργεια» no puede ser solamente un realizar actividades sin tener un «τέλος», es decir, que solamente levantarse a trabajar o estudiar sin tener una finalidad, en otras palabras, caer en un nihilismo irracional, no puede estar ligado a la «ενέργεια». De allí que el griego considere que un esclavo no puede ser feliz y que solo puede participar de los placeres corporales, puesto que su «ενέργεια» es vana al no tener «τέλος» y ser “utilizado” con fines instrumentales, reduciéndose a mero trabajo sin posibilidad de política o contemplación. La vida desde este punto de vista termina siendo «ενέργεια» y «τέλος», y este último referido a la consecución de la felicidad. En nuestra contemporaneidad, la rapidez con la que se actúa provoca gastar aquella capacidad de acción, esa «ενέργεια», en encontrar placeres efímeros y actuar según las emociones[2]. Esta forma de actuar ya ha sido estudiado por varios autores contemporáneos que ven cómo en la sociedad de consumo la «ενέργεια» no precisa de un «τέλος», sino que se trata de calmar el deseo como tal, por lo que la impulsividad y la radicalización del uso de las emociones se vuelve un imperativo subconsciente, o en otras palabras, la sociedad de consumo produce adultos infantilizados[3]. Al desaparecer el «τέλος» de la ecuación «ενέργεια»+«τέλος» igual felicidad, cualquier capacidad de acción es vana, es decir, que el ser humano contemporáneo no visibiliza la felicidad porque el consumismo sistemático maximiza el valor de la «ενέργεια» vana y que obliga al ser humano a actuar sin reflexividad. La vida sin «τέλος» se convierte en actividad pura que solamente busca satisfacer deseos mediante placeres efímeros. En definitiva, la vida es descrita por Aristóteles como la actividad virtuosa que busca la felicidad. No es suficiente un actuar irracional y desmedido lleno de placeres, pues el desgaste de energía vital en este accionar no entrega felicidad sino la satisfacción momentánea de los deseos a través de placeres, lo que a la larga produciría un comenzar interminable de la búsqueda de la felicidad al estilo del mito de Sísifo. Aristóteles comprendía que la vida puede traer vicisitudes, pobreza, problemas y demás obstáculos, pero el actuar virtuoso, la experiencia y la contemplación podrían terminar entregándonos el bien supremo o felicidad. Parecería ser que la contemporaneidad y el consumo ha creado una sociedad donde la felicidad es un bien imposible de alcanzar, donde uno tiene dos actitudes: busca la felicidad en placebos (Autosuperación, actitud positiva, meditación, etc.) o niega su existencia plena prefiriendo entregarse a satisfacer deseos mediante placeres efímeros. La fórmula Aristotélica es más simple: «ενέργεια» (capacidad de acción)+«τέλος» (finalidad) igual felicidad. [1] Aristóteles. Ética a Nicómaco. Madrid: Clásicos Políticos, 1999. [2] Han, Byung-Chul. Psicopolítica. Madrid: Herder, 2014. [3] Infante, Eduardo. «"Filosofar es examinar la vida, cuestionarla, interrogarla, precisamente para poderla vivir humana y cabalmente".» Sitio Web BBC. 25 de 01 de 2021. https://www.bbc.com/mundo/noticias-55664858.
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